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Mostrando entradas de agosto, 2017

Mi pedacito de selva.

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En el Amazonas, hay una comunidad indígena, que cree que al alma de cada uno de ellos le corresponde un pedacito de selva. Todo lo que crece en ese sector, se alimenta con amor. Cuando el amor es correspondido, nuestros seres queridos pasan por ese pedacito de selva y recogen los frutos que dan esos árboles. Pero cuando ese amor no es correspondido, los frutos caen y no hay nadie que los levante. Esos frutos, comienzan a descomponerse y la putrefacción empieza a lastimar tu pedacito de selva. Esas frutas no son como cualquier otra, estas no abonan la tierra, la contaminan. Entonces empieza a dolerte el alma y tardás en darte cuenta que la causa, son las frutas podridas, las que quedaron sin dueño. Nadie puede recoger los frutos que no eran para él. Esos frutos solo puede levantarlos quien los generó. Somos los únicos que podemos curar, nuestro pedacito de selva. No conocemos dónde está ubicado, es difícil encontrarlo, hay que salir a andar por caminos que uno nunca ha andado. Una v