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Mostrando entradas de octubre, 2015

Suelto.

Cuando pienso en soltar, la primera imagen que me viene a la cabeza, es algo que se cae. Incluso, eso que se cae, puedo ser yo. Por qué no pienso en algo que vuela, que se libera, que crece? Estoy agarrado? Si estoy agarrado es para no caerme. Estoy sosteniendo? Si estoy sosteniendo es porque me necesitan, Estoy aferrado? Si estoy aferrado es muy probable que ahogue. Y toda la fuerza que haga para aferrarme, venga del miedo. Suelto, lo mas probable, es que no me caiga.

El fuego.

Cuando prendo un fuego, siento que es un momento mágico. No descubro nada diciendo que el fuego atrae e hipnotiza. Lo que quiero contar es esa sensación de regocijo, que dura mientras dure el fuego. Creo que pocas cosas me generan el placer sostenido que logro con el fuego. Empieza en la selección de la leña, las hojas secas, las ramitas y troncos pequeños, los trozos mas grandes. El armado y el orden para lograr que prenda. El ruido que hace el fósforo al encenderse, la mano ahuecada que lo lleva hasta las hojas, acercar el rostro, soplar suavemente, darle el empujoncito para que las primeras hojas ardan. Sentarse a escuchar el crujido inicial de las primeras chispas, contemplar el estallido de luz que genera la primer llama que se eleva, sentir el calor en la cara. Dejarse llevar por las llamas, mientras danzan a su ritmo, hasta que parece que se agotan y necesitan de otra música. Entonces movemos la leña y agregamos un tronco y todo se reinventa y vuelven los ruidos y el resplandor

Atragantado.

Viste cuando la gente te interrumpe, estabas a punto de decir algo importante y te interrumpen. Se llevan la conversación para otro lado. Entonces, eso que venías pensando, esa idea trabajada, estudiada, te queda atragantada. Chau, en medio segundo, alguien empezó a hablar, todos giraron para otro lado y perdiste la oportunidad. Resulta que me ha pasado eso, me dejaron así, atragantado. Sin poder terminar la idea. Sin poder exponerla -siquiera- para que la destrocen con críticas, sin poder probarla, sin poder mejorarla, sin poder ser. El problema cuando te queda atragantada, es que es difícil volver a tener la oportunidad de decirla. Pero mientras esté atragantada, nada mas va a pasar por esa garganta. Lindo problema en el que me metí, o me metieron, o nos metimos.