Entradas

Mostrando entradas de 2015

Relajar

Relajar es soltar. Abrir las manos, separar los maxilares, bajar los hombros, descansar la cintura, aflojar las piernas. El cuerpo sufre la tensión y la manifiesta. Pero no la provoca. Estoy empezando a entender la triple conección, cuerpo-mente-espíritu, en mí mismo. Los sentimientos son ingobernables, por mas que intente controlarlos con mi mente calculadora, no puedo. Lo que no digo, lo expresa mi cuerpo. Lo que no lloro, duele en otro lado. Mi mente pierde todas las batallas con las emociones. Sólo sirve para ayudarme a sanar las dolencias que repercuten en el cuerpo. Personalmente, la meditación me permite la relajación física, y aún más difícil, la mental. La actividad física, funciona igual, permite la liberación mental, y aún mas difícil, la física. Contradictoriamente, el ejercicio en justa medida, relaja el cuerpo y lo libera de tensiones. Parece que lo que aún no tengo claro, es cómo hacer con los sentimientos, en especial con los que duelen. A los que tanto miedo les t

Compartir

La biblia habla de compartir con los demás. Cuenta de fiestas con mucho vino, de corderos con amigos, de celebrar. Ayer fue un día en el que celebramos la vida. Celebramos la amistad, las tradiciones, la naturaleza, el deporte... La felicidad está en compartir con el otro: pareja, amigos, familia, compañeros, vecinos, desconocidos. Abrirse, relacionarse sin prejuicios, ponerse en el lugar del otro, hacer algo juntos por los demás, charlar, escuchar, reír, llorar. Las cosas lindas se multiplican con los demás, las feas se disuelven mas fácil. Es simple, hay que compartir. Aprender a dar y recibir. Compartir: 1.  tr.   Repartir ,  dividir ,  distribuir   algo   en   partes . 2.  tr.   Participar   en   algo .

La gente cambia.

Rodolfo siente que tiene un imán para los quilombos... y un poco de razón tiene. Hace años que viene tropezando, y no termina de levantarse que se cae de nuevo. Con el último golpe, aún tirado en el piso, se dijo a si mismo "Rodo, así no va mas". Rodolfo se puso a pensar por qué carajo le pasan todas a él? Primero le echó la culpa a la suerte, a los 5 minutos se dio cuenta que nadie tiene tanta mala suerte, ni él. Después le echó la culpa a su familia, pero también se dio cuenta que son más las veces que lo habían ayudado, que las que lo habían complicado. Entonces, Rodolfo percibió que el tema no venía de afuera, había que mirar para adentro. Se puso a pensar en todo lo que le había pasado, y lo primero que pudo ver, es que nunca se había puesto a analizarlo. Para él ni eran problemas, era lo que le tocaba y punto, trataba de resolver. En ese momento se puso muy triste, porque entendió que le habían pasado muchas cosas feas, traumáticas, duras, insólitas! Así dio su primer

Parar un poco.

El otro día hablaba con un amigo. Su objetivo para el año que viene es correr menos. No porque fuera un adicto al running, sino porque siente que está todo el día apurado. Se dice que es un problema de la gente que vive en las ciudades. Yo siempre viví en una gran ciudad, así que no puedo decir si fuera de las ciudades pasa lo mismo o no. Pero sí puedo asegurar que a mi me pasa, en mayor o menor medida, siento que corro. Por esas cosas de la vida, me operé la rodilla. Mi cuerpo me obligó a parar un poco. Hace tres o cuatro días que estoy condenado a estar tranquilo, sin mucho movimiento. Es el primer sábado en muchos años que me quedo todo el día en casa. El clima estaba espectacular, mis amigos, como siempre, fueron a jugar al fútbol y a reírse un rato durante la tarde. Me perdí todo. Intenté distraerme, pero ya hace varios días que intento hacerlo. Entonces me di cuenta que ya no podía escaparme. Me acorralé, y mi cabeza empezó a andar, a urgar, ahí, donde yo no quería. Ese lugar d

Juanita y el globo.

Juancito y Juanita eran amiguitos. Un día, en el jardín, vino un payaso y les regaló globos voladores. Esos que si los soltás se van al cielo. El payaso les repartió uno a cada niño en el jardín. Pero le faltó un globo, entonces, cuando le quedaba el último, llamó a Juancito y Juanita y les dijo: "Ustedes han tenido suerte. Son dos para cuidar del globo, van a tener un compañero para divertirse con él; cuando uno no tenga ganas de jugar con el globo, lo puede usar el otro; cuando uno esté cansado, lo puede sostener el otro; verán que el globo va a durar todo el tiempo que ustedes se lo propongan." Juancito y Juanita estaban muy entusiasmados con su globo y se prometieron cuidarlo para siempre. Afianzaron su relación, empezaron a compartir otras cosas además del globo, las galletitas en el recreo, los paseos por la plaza a la tarde, hasta sus familias se hicieron amigas. Un día, Juanita se dió cuenta que casi siempre era ella la que llevaba el globo, incluso, cuando no tenía

Cuestiones del tiempo.

El tiempo Puede ser un límite, una medida, una sensación. Siempre hay un minuto mas, o menos. El tiempo Para los ansiosos, es demasiado. Para los apurados, siempre es poco. Para los lentos, no alcanza. Para los enfermos, es lo que les queda. Para los relajados, es algo que siempre tienen. Para el capitalismo, es adoctrinamiento. Para los sabios, es su escuela. Para los pacientes, es necesario. Para los niños, no existe. Para los deportistas, es un mal socio. Para los físicos, es una obsesión. Para la televisión, es dinero. Para el que está encerrado, es una tortura. Tiempo para pensar Tengo todo el tiempo para mí, y me parece mucho. Hago cosas para llenarlo, me gustan, pero son para distraerme. Distraerme de qué? De pensar, o de no pensar. De pensar en cualquier estupidez, por eso mejor distraerme. Distraerme para no pensar. Eso sería esforzarme por ser un imbécil? Ya no entiendo nada. Ya soy un imbécil. Ya logré mi objetivo. El tiempo t

Suelto.

Cuando pienso en soltar, la primera imagen que me viene a la cabeza, es algo que se cae. Incluso, eso que se cae, puedo ser yo. Por qué no pienso en algo que vuela, que se libera, que crece? Estoy agarrado? Si estoy agarrado es para no caerme. Estoy sosteniendo? Si estoy sosteniendo es porque me necesitan, Estoy aferrado? Si estoy aferrado es muy probable que ahogue. Y toda la fuerza que haga para aferrarme, venga del miedo. Suelto, lo mas probable, es que no me caiga.

El fuego.

Cuando prendo un fuego, siento que es un momento mágico. No descubro nada diciendo que el fuego atrae e hipnotiza. Lo que quiero contar es esa sensación de regocijo, que dura mientras dure el fuego. Creo que pocas cosas me generan el placer sostenido que logro con el fuego. Empieza en la selección de la leña, las hojas secas, las ramitas y troncos pequeños, los trozos mas grandes. El armado y el orden para lograr que prenda. El ruido que hace el fósforo al encenderse, la mano ahuecada que lo lleva hasta las hojas, acercar el rostro, soplar suavemente, darle el empujoncito para que las primeras hojas ardan. Sentarse a escuchar el crujido inicial de las primeras chispas, contemplar el estallido de luz que genera la primer llama que se eleva, sentir el calor en la cara. Dejarse llevar por las llamas, mientras danzan a su ritmo, hasta que parece que se agotan y necesitan de otra música. Entonces movemos la leña y agregamos un tronco y todo se reinventa y vuelven los ruidos y el resplandor

Atragantado.

Viste cuando la gente te interrumpe, estabas a punto de decir algo importante y te interrumpen. Se llevan la conversación para otro lado. Entonces, eso que venías pensando, esa idea trabajada, estudiada, te queda atragantada. Chau, en medio segundo, alguien empezó a hablar, todos giraron para otro lado y perdiste la oportunidad. Resulta que me ha pasado eso, me dejaron así, atragantado. Sin poder terminar la idea. Sin poder exponerla -siquiera- para que la destrocen con críticas, sin poder probarla, sin poder mejorarla, sin poder ser. El problema cuando te queda atragantada, es que es difícil volver a tener la oportunidad de decirla. Pero mientras esté atragantada, nada mas va a pasar por esa garganta. Lindo problema en el que me metí, o me metieron, o nos metimos.

Me alejé de mí.

Extravié mi esencia, me diluí en la nada. Confundí bienestar con la ausencia de dolor. Que se convirtió en ausencia de todo. Empecé a enfocarme en cualquier cosa, menos en mí. Me volví otro, un otro irreconocible. Al punto que se alejaron de mí, porque no era yo. Siento que se llevaron algo de mi ser, al alejarse, me arrancaron algo. Todavía no se qué es, puede que un pedazo del alma, puede que todos los miedos, o las dos cosas, o muchas mas. También me dejaron mucho. Buenos y malos recuerdos, lindos y feos momentos, tristes y alegres sensaciones. Amor y desprecio. Pero lo mas importante, me dejaron de nuevo a mí, mirándome al espejo, sólo, preguntándome mil cosas. Buscando respuestas.

La pregunta de la abuela.

Don Carlos se subió al tren. Eran las 7AM. Iba directo a visitar a su abuela. Don Carlos era un tipo grande, pero su abuela seguía viva. Iba al encuentro de su sabiduría, su consejo, su escucha. Don Carlos andaba preocupado porque nada parecía conformarlo. Él ya tiene su experiencia y le han tocado buenas y malas. Pero parece que lo de hoy no lo conforma. No le alcanza. Le molesta que no lo conforme. Finalmente llega a ver a su abuela, "una genia, está mejor que todos nosotros juntos" dice siempre Don Carlos. Se sienta a tomar mate con ella y le cuenta de sus cosas: la casa, el trabajo, los chicos, los sueños, que no le va nada mal y que lo perturba eso de no estar conforme. Su abuela le hizo una pregunta: "por qué querés conformarte?" Don Carlos se volvió a su casa con una sensación rara. Su problema es mas grande de lo que creía.

Me duele el alma.

Crecer duele. Duele en el alma. Cuando se crece mucho y de golpe, duele mucho. Duele tanto, que se siente en el cuerpo. En un lugar raro, en el medio del pecho, muy adentro, muy profundo, muy fuerte. Duele tanto que te dobla a la mitad. Duele tanto que te hace llorar, pero no de dolor, sino de tristeza. Hoy me duele el alma, hoy estoy muy triste, hoy estoy mas grande.

Quiero ser un árbol.

Quiero germinar y despertar a la vida. Quiero hacerme grande y llegar hasta el cielo. Quiero oxigenar a todos y no pedir nada a cambio. Quiero ser de buena madera, fuerte y duradera. Quiero transformarme, una y mil veces, en tabla, mueble, antigüedad y de nuevo en tendencia. Quiero arder hasta que no quede nada de mi, entregando todo lo que tengo, todo lo que soy, todo lo que fui.

El sol se ríe.

Imagen
Hoy el sol se reía,  con su carcajada,  contagiaba a todos en el Parque Las Heras. Yo me reía de Capusoto. Y me acordaba cómo me reía con Matías. El sol se reía de mi. Yo me reía conmigo.

Estar solo.

Estar solo conmigo. Estar solo disfrutando. Estar solo riendo. Estar solo escribiendo. Estar solo leyendo. Estar solo dibujando. Estar solo pensando. Estar solo bien. Lo que me cuesta, es estar solamente haciendo cosas que me gustan, no "estar solo".

shh! escuchen

Había una vez, en una tierra escondida, un anciano muy sabio. El anciano vivía solo. Solo, en soledad absoluta. Era tan silencioso que hasta dejó de hacer ruido. Su garganta no hacía ruido al tragar. Su nariz no hacía ruido al respirar. Sus tripas tampoco hacían ruido. Todo era silencio, sus suaves movimientos hacían que nada haga ruido, no había roces, ni golpes, ni vibraciones. La casa, ubicada al pie de una sierra, estaba totalmente reparada del viento. Nada se movía por allí. Tanta quietud, le permitía que, al acercarse un visitante, el anciano pudiera escucharlo a kms. de distancia. Sabía si venía solo o acompañado. Con niños o adultos. A veces hasta lograba escuchar las conversaciones. El anciano se adelantaba a todo. Cuando un visitante llegaba, se encontraba con la mesa servida, sillas para todos, bebidas refrescantes o calientes, una buena comida o un bocado para el viaje. Exactamente lo que el viajero quería. Los forasteros creían que el anciano leía la mente. Era tal el efe

El creativo

El creativo se va conmigo. No lo pienso dejar, porque creo que la creatividad hay que tenerla en todo. Ya no estoy dedicado a hacer avisos y diseño todo el tiempo. Pero sigo siendo creativo. Para hacer un regalo, para armar una estrategia, para decorar la oficina, etc. Ahora necesito ser creativo para encontrar soluciones. "Si la inspiración llega, que me encuentre trabajando" Era la frase que repetía un profesor, que lo escuchó de un pintor famoso. Porque las ideas se trabajan, se amasan, se dejan reposar, se vuelven a amasar y se moldean. Mi hermana me dijo una vez que hay que ponerse objetivos. Y que cuando los cumplís la felicidad es momentánea. Que hay que aprender a disfrutar el camino, y si logro eso voy a ser feliz. A mi me cuestan las dos cosas, porque incluso no disfruto casi nada el cumplir con los objetivos. Quizás, una vez que me los propongo, los tomo como una obligación. Algo que tengo que hacer. Como cuando en el laburo te mandan a sacar fotocopias. Uno no se

Perdonarme

Rencor / Perdón Por lo que entendí hasta ahora, la única cura para el rencor, es el perdón. Para que pueda irse el rencor (que todo envenena), hay que poder perdonar lo que sea. Pero ese perdón debe ser genuino, sino no va a curar nada. Hay algo que empecé a entender del perdón. Cuando tengo que perdonar, siempre es a personas que quiero. Son ellas las que me han lastimado. El dolor, lo han construido a través de una relación conmigo en la que algo falló. A propósito o no, me han hecho sufrir. Entendí que las relaciones con las personas se construyen de a dos. No sólo es lo que han hecho conmigo, también juega lo que he hecho yo con eso. Ese es el rencor que mas me envenena, el que es conmigo. Ese es el perdón que mas me cuesta. Perdonarme a mí mismo.