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Volverse viejo

El amor es una magia.  La magia es algo menos extraño de lo que pensamos. Es una mentira en la que creemos fervientemente. Hasta que la convertimos en verdad. Por lo que el “amor” es pura fe, pura creencia. Y la definición de  creer es: dar por cierto algo que no tiene una explicación lógica. Tener un hijo, hoy, para mí, en mi cabeza, no tiene una explicación lógica. No me alcanza la razón para entenderlo. Así que solo me queda el amor para afrontarlo. Cómo de repente, mi compañera de vida, se convierte en la madre de mi hijo. Es inexplicable el momento en el que hay que procesar que vas a ser PAPÁ.  PAPÁ, que lo parió! Me voy a hacer viejo. Y para mí, “Viejo”, es MI VIEJO. Así le digo yo a mi “padre”. No le digo “Alfredo”, no le digo “Papá”. No le digo “Señor”, ni “jefe”, ni “papi”. Le digo MI VIEJO, como le decía él al suyo.  Y hoy me convierto en eso, en alguien que tiene la misión de transferir un concepto simple en su familia. Lo “viejo” es de dónde venimos, y con suerte, en lo qu

Todavía falta

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Ya van muchos días. Se acumulan como las revistas viejas en la sala de espera de un consultorio. Hartan, no aportan nada, mientras crecen las expectativas por el fin de la cuarentena. Expertos en curvas, picos, crecimientos exponenciales y recetas gourmet. La cuarentena llega al punto mas alto de hinchada de huevos. Empezaron las protestas por salir a caminar. Las demandas por paseos. Mientras los barrios carenciados se convierten en guetos. El ministro de salud de la nación se quiebra. Parece que él tampoco resiste mas cuarentena. Yo me pregunto, qué tan resilientes somos? Acaso estamos condenados a ser los mejores del mundo también en esta triste proeza? La economía mas castigada, la cuarentena mas larga, el mejor porcentaje de muertos para el tercer mundo. Y lo que creíamos que era imposible, profundizar la crisis y seguir aguantando. Ya quedan pocos adictos al consumo con capacidad de drogarse. El lujo paso a ser una granola con miel para el desayuno. Y la lujuria es tomar unas

Dr Emmett Brown

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Sabías que tenés la habilidad de viajar en el tiempo? Sí, a distintos tiempos y a distintos lugares. No es como con el DeLorean, no podés elegir lo que se te ocurra, pero funciona bastante bien. Hay algunos truquitos que te permiten volver a ponerte exactamente en ese lugar y ese momento de tu vida. Estar ahí de nuevo, volver a sentirlo. En realidad ya lo experimentaste varias veces. Lo que te falta es aprender a usarlo cada vez que quieras, o que lo necesites. Hay una canción que te lleva a tu habitación, en la casa de tus viejos, cuando estabas tirado en la cama y no había mucho de qué preocuparse. Y otra que te lleva a esos brazos, que tan lindo te hicieron sentir. Tenés bien claro el sabor que te sienta de golpe en la cocina de la casa de tu abuela, cuando preparaba esa comida que te llenaba el corazón mucho mas que la panza. El olor que te hace viajar al bufete del colegio, y cuando viajás al bufete volvés a ver a la chica de 5to año, que siempre te gustó y nunca lo supo. Ha

Que nos duela.

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Y cuando todo esto pase, que empiece a dolernos... que nos duela la panza de reírnos, las manos de aplaudir. Que nos duela todo el cuerpo por volver a jugar a la pelota y la espalda por alzar a los sobrinos. Que nos duela la cabeza de festejar a los gritos y los brazos de cargar los víveres para compartir con los amigos. Que nos duelan las mejillas de los besos y los hombros de tanto dar abrazos. Y si aprendemos algo de todo esto, que empiece a dolernos el hambre del que tenemos al lado, que nos duela las condiciones en que trabajan los médicos. Que los ríos contaminados y el aire pestilente nos cause dolor, tanto como alimentos transgénicos y las islas de plástico. Que nos duela la desigualdad y la injusticia. Que nos duela que lo que mas nos costó de la cuarentena, no se compra con dinero. Que nos duela el egoísmo, en todas sus versiones. Atravesemos el dolor, a ver si de una vez por todas, logramos crecer.

Clima social

Montado en el tren vengo desde el sur, observando por la ventana como todo está más lindo. A la naturaleza no le importa  la crisis. Mientras nuestro corazón se rompe entre el bolsillo y el solcito de domingo que pinta todo de colores. En unos meses viene el invierno, así que hay que aprovechar. Es tiempo de disfrute, no lo puedo evitar, no me lo van a quitar. Las ganas de juntar a la familia y los amigos vienen solas. Cambiemos los banquetes por los mates, vayamos a la plaza, balcones o terrazas. Disfrutémonos, que si estamos juntos, la alegría sigue viva.

EXIT

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Cuando era chico y veia las películas de hollywood, siempre captaba mi atención un elemento que se repetía. En las escenas que transcurrían en los bares, siempre podía verse un cartel de color verde que decía EXIT. En mi inocencia y desconocimiento del idioma inglés, para mi era la puerta exclusiva para artistas, porque para mi EXIT era éxito. Hoy me pregunto si estaba tan equivocado. Vivimos en un sistema en el que no me siento a gusto. Donde es difícil salir. Los artistas muchas veces logran hacerlo, desde adentro o desde afuera, parecen lograr una salida. A veces su éxito es reconocido por terceros, otras no. Pero logran salirse, al menos por un rato. Ayer comí los prineros tomates cosechados en una maceta en mi balcón. El proceso tomó 3 meses. Germiné la semilla, generé un plantín que luego transplanté a una maceta grande. La regué todos los dias. Estuve pendiente, atento, expectante. Creció, empezó a florecer y después dar frutos. Es emocionante ver aparecer los primeros. Verd

Seamos libres, lo demás no importa nada.

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Era domingo, decidí hacerle caso a mi hermana y de una vez por todas ir a buscar mi vieja bicicleta. Estaba guardada en el cuartito de la terraza, en la casa de la madre de mi cuñado. No recuerdo cómo llegó allí. Cuando la vi, estaba tan tapada de polvo que me costó reconocerla. Casi por obligación me puse a limpiarla, a medida que sacaba la mugre, volvían los recuerdos. El día que fui a comprarla con mi viejo, las tardes de verano en villa del parque andando de un lado a otro. La sonrisa se dibujó en mi cara, me dieron ganas de salir a dar una vuelta, pasar por la casa del Tolo y por Rufino Cuervo. Al día siguiente fui a la bicicletería: puesta a punto, ruedas y asiento nuevos. Salí emocionado, un espíritu quinceañero me corrió por el cuerpo las 7 cuadras hasta mi casa. Decidí usarla, cada día me animaba a hacerlo por un trayecto mas largo. Sumé unas luces y porta equipaje. Estaba listo para ir a cualquier lado. Comenzó a pasarme algo extraño, una sensación rara, muy