Encontrando la historia
Estaba buscando la frazada vieja para transformar el colchón hundido en una cálida cama, y cuando pego el tirón, se me viene encima una caja grandota. La atajo, pero igual se cae la tapa junto con algunas cosas de su interior. Mientras puteaba ofuscado, veo en el piso un banderín de "El Alba", club de barrio donde jugaba a los 5 años con los que hoy siguen siendo mis grandes amigos.
Todos tenemos una caja donde guardamos los recuerdos de nuestra vida. Pequeños objetos con un valor incalculable. Fotos, juguetes, indumentaria, momentos, personas, emociones, historia. Cada cosa representa un trocito de nuestra vida y tenemos la habilidad de elegirlas cuidadosamente para transformarlas, de "cosas", a "recuerdos". Por X motivo, cada tanto, damos con la caja de los recuerdos, y siempre, sin importar qué estábamos haciendo, o cuánta prisa teníamos, nos detenemos un rato para repasarla. Somos fans de nuestra propia historia y nos encanta repasarla, tocarla, olerla y revivirla.
Los objetos tienen una propiedad extraña y si nosotros lo deseamos se pueden quedar con parte de nuestra vida. No se si alguno tuvo la posibilidad de encontrar una caja de este tipo de sus abuelos o sus padres. Van a ver que pueden recorrer una historia sin que nadie se las cuente. Que van a darse cuenta de las características de esa persona, los lugares donde estuvo, sus gustos, sus logros y su forma de vivir.
Esa caja es como una hoja de ruta, de vez en cuando me sirve para reencontrarme conmigo y con mi rumbo.
Las nuevas generaciones, me imagino, que repasarán el historial del facebook o los post del fotolog. No lo sé, pero creo que hay cosas que no está bueno perder. Y otras que no quiero encontrar.
Todos tenemos una caja donde guardamos los recuerdos de nuestra vida. Pequeños objetos con un valor incalculable. Fotos, juguetes, indumentaria, momentos, personas, emociones, historia. Cada cosa representa un trocito de nuestra vida y tenemos la habilidad de elegirlas cuidadosamente para transformarlas, de "cosas", a "recuerdos". Por X motivo, cada tanto, damos con la caja de los recuerdos, y siempre, sin importar qué estábamos haciendo, o cuánta prisa teníamos, nos detenemos un rato para repasarla. Somos fans de nuestra propia historia y nos encanta repasarla, tocarla, olerla y revivirla.
Los objetos tienen una propiedad extraña y si nosotros lo deseamos se pueden quedar con parte de nuestra vida. No se si alguno tuvo la posibilidad de encontrar una caja de este tipo de sus abuelos o sus padres. Van a ver que pueden recorrer una historia sin que nadie se las cuente. Que van a darse cuenta de las características de esa persona, los lugares donde estuvo, sus gustos, sus logros y su forma de vivir.
Esa caja es como una hoja de ruta, de vez en cuando me sirve para reencontrarme conmigo y con mi rumbo.
Las nuevas generaciones, me imagino, que repasarán el historial del facebook o los post del fotolog. No lo sé, pero creo que hay cosas que no está bueno perder. Y otras que no quiero encontrar.
Comentarios
esperemos que triunfen los recuerdos del corazón y los abrazos
por darse y la vida de una carta escrita a mano ...
demi
Es verdad que es incalculable el valor de las cosas que ahi están... y más cierto aun es que cuando te encontras con esas cosas no podes evitar reirte solo, revivir sentimientos, alguna que otra lagrimita y sobre todo volver a ver que hoy sos el resultado de todo eso que viviste. Porque no guardas un "recuerdo" de cada cosa que te pasa, pero todos esos recuerdos que metiste en TU CAJA te hacen volver a sentir todo lo que viviste.
Se merece un 10!
guardo un monton de cosas pensando que en un futuro se las voy a mostrar a mis hijos, jeje