Por lo menos así lo vivo yo

Esperamos 4 años.
Años dolorosos, por lo vivido en los últimos tiempos y un presente que no vislumbra un gran futuro.
Esta espera larga, que despierta una ansiedad incontrolable que crece día a día hoy que estamos en la recta final. Una espera en la que se opina, se discute, se pelea, se marcan posiciones, se imagina, se desea, se contiene. Porque estamos 4 años conteniendo las ganas de gritar eufóricos, de abrazarnos, de colgar las banderas en los balcones y ventanas, de festejar a lo grande.
Ilusionados, algunos más otros menos, todos queremos que nos vaya mejor, que aparezcan los héroes, los líderes, la experiencia y la rebeldía. Queremos que todos sean uno, queremos todos lo mismo, queremos disfrutar y no sufrir más. Queremos tener una identidad que los demás teman y respeten. Queremos ser los mejores. Queremos inflar el pecho y sentirnos orgullosos de lo que supimos conseguir con esfuerzo, trabajo, dedicación y profesionalismo.
En mi país, la Argentina, el fútbol lo vivimos así. Mitad pasión y mitad barbarie. Mitad poner y mitad gambeta. Mitad potrero y mitad escuela. 100% Argentino.

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