La luz al final del tunel

Interior automóvil - Ruta - 8: 37 PM.

Vuelvo de un hermoso fin de semana de campo con parejas amigas. Manejo mi suzuki fruti (motor 1.0) por una ruta bonaerense. El estado de la misma es aceptable, un carril por mano, sin iluminación pero con líneas bien pintadas. A mi lado se encuentra mi amada novia. En el asiento trasero una pareja amiga. El baúl lleno de bolsos. Por delante un camión muy largo. En la radio suena de fondo el partido de River.
Decido asomar el auto para ver si tengo lugar para adelantarme al camión. Apenas veo un reflejo lejano, por lo tanto decido inyectar los pistones de mi bólido plateado y metiendo la cuarta marcha acelero a fondo, BBRRRMMM ruge el motor y rápidamente el velocímetro pasa de 80 a 87, 90, 92 km horarios. Lentamente empiezo a avanzar por la izquierda del camión. Y ese reflejo que vi al asomarme se convierte en una luz penetrante que viene derecho a mis ojos. Aprieto aún mas a fondo el acelerador, como si el motorcito del suzuki tuviera un resto guardado para mí. El velocímetro llega a 100, la aguja del tacómetro vibra en la zona roja. Las luces se hacen mas potentes.
Mi amigo con mucha tranquilidad dice: Adentro. Sugiriendo que vuelva a colocarme detrás del camión. Entonces aprieto el freno, miro hacia la derecha y lo único que veo son las ruedas del doble eje trasero del camión. Las mismas son casi tan altas como mi auto por lo que podrían pasarnos por encima sin mayor dificultad. Los frenos crujen, las gomas chillan y el camión sigue estancado al lado mío, como si fuéramos colgados del mismo, no avanza ni se detiene. La luz tan fuerte frente a mis ojos se convierte en dos, destellando casi con desesperación me permitían entender como un código morse las puteadas de quien venía de frente. En eso, como una catarata y mezclándose con el relato del partido, caen los insultos de la novia de mi amigo que me hacen sentir que no le causaba ninguna gracia pasar sus últimos segundos en este mundo dentro de mi auto.
En este largometraje de segundos aparece la suerte y como por arte de magia el auto parece reaccionar.  El camión avanza empujado por una fuerza divina. Rápido de reflejos y transpirado como pocas veces meto el suzuki fruti detrás del camión dándole paso a la "luz" que venía de frente.
Pasó lo peor y ahora puedo decir que yo también vi la luz al final del tunel, pero la pude esquivar.

Comentarios

amada novia ha dicho que…
yo tambien vi la luz al final del tunel,amado novio.pero se ve que no era nuestra hora.nos quedan demasiadas cosas por vivir gordi

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