Junto a el

- ¿A qué se debe su visita?
- ¿Mi visita?
- Sí.
- Disculpe, creo que se equivoca. El que está de visita aquí es usted.
- Eh! Usted está loco, ahora resulta que estoy de visita en mi propia casa.
- Esta es mí casa.
- Pero, disculpe, ¿usted quién es?
- Yo soy usted.
- Pero cómo es posible. Yo soy yo, usted no puede ser yo.
- Lo lamento, soy usted.
- ¿Y qué es lo que busca?
- Jaja! eso lo tiene que saber usted que es quien me mandó llamar.
- ¿Cómo que yo lo mandé llamar? Todavía me cuesta entender que usted es yo y ahora resulta que lo mandé llamar!
- Perdón, ¿no es usted el que no sabe qué hacer con su vida? Pues aquí me tiene delante de sus ojos. Decida ¿a dónde quiere llevarme?
- Mmm... ¿Qué le parece si vamos a tomar una cerveza y lo resolvemos juntos?
- Excelente idea. Ah no nos presentamos, Carlos Banderelli, mucho gusto!
- Encantado, Carlos Banderelli para servirle.

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