Instinto festivo

Los casamientos afloran las respuestas instintivas del hombre. Estoy hablando de la situación que se da en la fiesta. En los casamientos se come y se chupa un montón, mucho, una barbaridad! La gente se amontona sobre las mesas en la recepción, para después seguir comiendo... Le da un trago largo y rápido a la copa que tiene en la mano para manotear la siguiente de la bandeja del mozo. En una hora, hora y media, toma champagne, vino, gaseosa, agua, whisky y algún trago de color que no sabe ni qué es. Todo esto para pasar a las mesas donde va a seguir deglutiendo. Cuando ya está abarrotado de comida, llega una pieza de baile, donde muy por el contrario de lo que recomendaría un médico después de tremendo atracón, se salta y se salta como orangutanes pronunciando sonidos guturales al compás de la música como HEY! HEY! HEY! mueva mueva mueva! Mientras el novio y la novia están en el medio de una ronda. En la que siempre algún desafortunado intenta pegarle una patada al recién casado, etc. A todo esto, ya estamos transpirados y desalineados, como si fueran las 6 de la mañana, pero la fiesta, recién comienza.
Entonces, cómo es la cosa? Yo creo que el comportamiento instintivo que frenamos y transformamos durante cientos de años lo dejamos salir sin reparo en situaciones de euforia, de excitación. En un casamiento todos estamos contentos, somos familiares o amigos de alguien que está pasando por un momento muy importante de su vida y lo comparte con nosotros, eso nos pone eufóricos.
Pero como dije antes, la fiesta recién comienza y para las 6 de la mañana se va a poner peor. Gente descalza, medias corridas, camisas afuera del pantalón, mujeres con corbata, hombres manchados como niños que comen un cucurucho, arreglos florales dispersos por todos lados.
Para el recuento final: Una pareja en su noche de bodas, 2 familias mas grandes, mucha gente contenta. Que lindos que son los casamientos.