La gente cambia.

Rodolfo siente que tiene un imán para los quilombos... y un poco de razón tiene. Hace años que viene tropezando, y no termina de levantarse que se cae de nuevo. Con el último golpe, aún tirado en el piso, se dijo a si mismo "Rodo, así no va mas".
Rodolfo se puso a pensar por qué carajo le pasan todas a él? Primero le echó la culpa a la suerte, a los 5 minutos se dio cuenta que nadie tiene tanta mala suerte, ni él. Después le echó la culpa a su familia, pero también se dio cuenta que son más las veces que lo habían ayudado, que las que lo habían complicado. Entonces, Rodolfo percibió que el tema no venía de afuera, había que mirar para adentro. Se puso a pensar en todo lo que le había pasado, y lo primero que pudo ver, es que nunca se había puesto a analizarlo. Para él ni eran problemas, era lo que le tocaba y punto, trataba de resolver. En ese momento se puso muy triste, porque entendió que le habían pasado muchas cosas feas, traumáticas, duras, insólitas! Así dio su primer paso.
Ahora que entendía que había sufrido mucho con cada una de las que le pasaron, y que valía la pena detenerse un momento a reflexionar en cada una, se puso a pensar cómo es que él había terminado en medio de esas situaciones. Mientras las repasaba, Rodolfo se iba sintiendo cada vez peor. Porque se daba cuenta que la mayoría de esas situaciones no tenían nada que ver con él, pero en su afán de ayudar, en su buena voluntad, se expuso tontamente, haciéndose cargo de problemas de otros.
Rodolfo entendió por qué le pasan todas a él. Ahora puede reconocer un problema cuando lo ve. Puede entender, ayudar y colaborar con quien lo necesite, pero no ocupar su lugar. Rodolfo comprendió que él es el único que puede protegerse. Rodolfo decidió cambiar. Aunque todavía está en el piso, levantándose del último golpe, cuando se ponga de pié, va a ser otro. Dispuesto a dar una mano, no la vida.

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