Las mentiras del peluquero y su objetivo diabólico

El cabello, punto importante en la imagen de una persona. El cabello define un estilo, un nivel cultural, un cargo laboral, la pertenencia a un grupo, nuestro interés por la moda o el total desinterés por las cosas vanales de la vida. De una forma u otra, el cabello, es importante y nos ayuda a proyectar la imagen de nosotros mismos que queremos que vean los demás.
El problema en todo ésto es la persona que se ocupa de cortarnos el pelo: "Sras y Sres con ustedes EL PELUQUERO!!!" No existe personaje de la vida cotideana mas odiado ni insultado. Es capaz de sacar lo peor de una persona y resaltar sus defectos. Ésto no sólo lo digo por las miserias que somos capaces de demostrar ante un mal corte sino por el corte mismo. Un corte mal hecho nos puede hacer aún mas narigones, mas cuelludos, mas gordos, mas aniñados, mas lelos, mas de todo lo que no queríamos. Malditos peluqueros mentirosos!

- Rober, te dije las puntas nada mas! Lo tenía por los hombros y ahora no me llega a las orejas!
- Hay tontita... así te crece con mas fuerza!

- Susi, me dijiste que me iba a quedar Kaoba como el de Nancy Duplaa, ¿qué es este colorado?
- Quedate tranquila, 2 lavaditos y se pone en el tono justo.

- ¿Sacamos la pelusita del cuello?
- Dale........ flaco ¿qué hiciste?! ahora el cuello me llega hasta la mitad de la oreja. Mis amigos me van a matar a churrascasos!

- El largo me gusta, dale un poco de forma nomás
- Bueno desmechamos y sacamos volumen, el largo no te lo toco.
(voz interior: rockerito fachero, a este lo hago mierda!)

MENTIRAS, TODAS MENTIRAS. Se ríen de nosotros, son personas con desequilibrio psicológico y están desatando una batalla, estan organizados, son pacientes y lo están lograndooooo! Nuestro mayor temor a la hora de decidir cortarnos el pelo es que quizás nos quede peor, uno se mira y dice "no está tan mal" me lo acomodo un poco para acá, otro para allá, un poquito de gel... pero llega un momento que el pelo empieza a dominarnos, nos sentimos desalineados, que la gente nos mira la cabeza y se ríe, vamos al baño sólo para vernos en el espejo y dar algún toque. Entonces caemos en el peluquero, con mas miedo que en el examen de manejo. El secreto es estar muy decidido de lo que se quiere, no hay que darles lugar a opinión ni que puedan convencernos, es un ejercicio de poder mental. Una prueba difícil de esas que nos pone la vida una vez cada 2 meses (aprox). Si estamos seguros y fuertes podemos entrar a la peluquería pidiendo a Dios, si existe, que ilumine al lunático de las tijeras para que entienda, al menos una vez, lo que yo le pido.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
gracias fresa, ahora entendí todo...
Marcela Barro ha dicho que…
me encantooo, estoy en la oficina leyendo el blog y me reia a carcajadas... SOLA!!! jaja

Más para leer

Chupate esa mandarina

Perderse y encontrarse.

Seamos libres, lo demás no importa nada.